viernes, 25 de mayo de 2012

El Estado soy job...


 EL ESTADO SOY JOB... (1)

Paraguay no solo es el cementerio de las teorías sino el nicho de las innovaciones, sobre todo cuando se trata de crear, preservar y multiplicar exponencialmente las formas ultramodernas de clientelismo político. Una prueba más de ello nos la dieron nuestros honorables diputados.

Nuestro Estado no es, como dice la Constitución, un Estado Social de Derecho. Es un Estado empleador. El estado es la oficina de empleo, antes disimuladamente escondida tras las excusas del pudor que todavía tenían cabida en los políticos. Hoy el pudor ya no existe, y ha dado paso a la impudicia y la impunidad. Impudicia para admitir, justificar y enarbolar públicamente que “damos empleo en el Estado a los que nos ayudaron a ganar las elecciones”, o que “el Estado es una bolsa de trabajo” que la manejan los políticos (principalmente parlamentarios y dirigentes partidarios) en base a “cupos”. Impunidad para mantener un mecanismo prebendario que atenta contra la Constitución y las leyes.

La reforma agraria nunca llegó. La “reforma política” sí, y ha logrado lotear el Estado en millonésimas partes que siguen creciendo a costa del dinero del pueblo que, oh coherencia política, sigue siendo reclamado de pagar más y nuevos impuestos para sostener ese Estado elefantiásico, ineficiente y clientelar.

Tan elefantiásico, ineficiente y clientelar que se demuestra en las cifras del TSJE (recogidas y propaladas por el colega Enrique Vargas Peña):

·         En los cuatro primeros meses del año, los 8.000 operadores políticos eufemísticamente llamados “inscriptores”, apenas lograron inscribir 76.047 personas en el Registro Cívico Permanente.
·         76.047 inscriptos % 8.000 “inscriptores” = 9,5 personas inscriptas por “inscriptor” en 4 meses.
·         9,5 personas inscriptas por “inscriptor” % 4 meses = 2,4 personas inscriptas por cada “inscriptor” en cada mes.
·         Y ahora los diputados se ratifican en ampliar en 50 millones de dólares el presupuesto del TSJE para sumar 9.000 “inscriptores” más… 

Me imagino que aplicando las reglas de estímulo de las modernas empresas, el TSJE habrá de implementar el sistema de “Empleado del mes”, y pondrá en cuadro de honor al operador político Crisóstomo Indalecio González quien habrá conseguido la marca tope por haber inscripto a los 2 (léase dos, two, deux, zwei, mokoi, o como sea) paraguayos correspondientes a este mes en el Registro Cívico Electoral. Si hubiera algún personaje que haya conseguido pasar esa meta e inscribir a 3, me imagino que le darán el título de “super-inscriptor”… o pensándolo bien, de acuerdo a nuestras tradiciones en la función pública, no lo premiarán sino por el contrario le harán el vacío, le señalarán con el dedo, no le invitará el tereré de la oficina y lo denunciarán por “el mal ejemplo” de la eficiencia desmedida y “chupamedias”.

Si en realidad se buscara eficiencia y no mantener la prebenda, se hubiera aprobado hace rato el proyecto de ley que instala el sistema de inscripción automática de ciudadanos en el Registro Cívico Permanente. Claro, pero como las máquinas no votan, el sistema informatizado atentará contra el verdadero motivo que tienen los políticos (muchos de ellos que incluso se dicen lisa y “llanamente” ser los más “progresistas” del espectro político) para mantener y reforzar este sistema actual.

Contra esta realidad, indignante realidad, los ciudadanos deberíamos protestar y no cansarnos de empujar para cambiarla. Aunque así ya no piensen algunos de nuestros ex compañeros de indignación que recientemente entraron a la política con el “progresismo” bajo el brazo y la “nueva forma de hacer política” en sus banderas y redes sociales. Ellos, y los otros, más antiguos y avezados en el tema, quizás apunten a ser impúdicamente coherentes y finalmente proponer una reforma constitucional: la que cambie finalmente y la denominación de nuestro Estado Social de Derecho por el de Estado de Bolsa de Empleo y Prebenda. 

Magdaleno sería nuestro mejor Director de Recursos Humanos…

José María Costa

 [1] Job: en inglés, trabajo. (Aunque deberíamos decir mejor “prebend” , en español, prebenda)