sábado, 17 de julio de 2010

EL PARTIDO COLORADO VOTA Y ELIGE ENTRE LA ETICA Y EL FRAUDE

Cuando hay ética y republicanismo verdadero, no se precisa conteo rápido




Más de 1.700.000 inscriptos en el padrón interno, un total de 701 precandidatos a intendente y 21.040 a concejales. Estas son las cifras de las elecciones internas de la Asociación Nacional Republicana (ANR) para la jornada electoral del domingo 18 de julio. Los miembros del Partido Colorado deben elegir candidatos para intendentes y concejales municipales de 230 ciudades de todo el país.

Números fríos quizás, pero proceso electoral interno que empezó a calentarse sobremanera en las últimas semanas y días previos a la jornada comicial, sobre todo a partir del anuncio del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) de que no iba a proveer para dichos comicios la asistencia técnica para realizar la Transmisión Rápida de Resultados Electorales Parciales (TRREP). Con esto, las sempiternas dudas y quejas –anticipadas, razonables o no- de presuntos fraudes tuvieron el terreno fértil para empezar a montar un escenario de sospechas instaladas y acusaciones a granel.

El Partido Colorado carga sobre sí el triste currículum de montajes electorales fraudulentos desde los tiempos de la dictadura stronista y aún en la etapa transicional. A confesión de parte, relevo de prueba: fueron los propios actores del monumental fraude de las internas coloradas de 1992 los que admitieron que habían sido manipuladas y “retocadas” las actas de aquella elección que terminó descartando al verdadero ganador (Luis María Argaña) y consagrando al perdedor (Juan Carlos Wasmosy). Ni los colorados demócratas, ni los demás partidos participantes en el siguiente proceso electoral nacional fueron capaces de oponerse al huevo de la serpiente que terminó dando a luz un Jefe de Estado fraudulento.

Por eso, las elecciones del domingo 18 de julio son para los colorados una oportunidad más para que demuestren en realidad si hacen del republicanismo y la democracia valores esenciales para su partido. La ANR es “una nucleación de hombres libres que busca promover el bienestar del pueblo paraguayo sobre la base de la igualdad, la justicia y la soberanía popular, manifestada en la forma republicana, democrática y representativa de gobierno”. Así dice la declaración de principios de este partido centenario.

¿Será que los dirigentes y candidatos internos de esa “asociación de hombres libres” harán prevalecer estos principios o desecharán la ética a cambio de los intereses personalistas, las ambiciones sectarias y las malas costumbres fraudulentas?

No se puede desconocer que los sistemas de conteo rápido ayudan y fortalecen los procesos electorales democráticos. Pero la esencia de éstos está en la ética y la convicción de respetar el voto del ciudadano, el más noble y sagrado acto de soberanía popular. Si no hay ética ni conducta republicana en los que dirigen un partido y unos comicios, no habrá sistema de conteo rápido que asegure este respeto a la soberanía popular.

José María Costa

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