lunes, 8 de octubre de 2007
La asesora perfecta
María Sol: Del brillo enceguecedor al ocaso tempranero
Muchos hablaron más de su belleza que de su inteligencia, como suele suceder en latitudes machistas como éstas. Otros optaron por disfrazar la sorpresa con pretendida erudición y hasta algunos ensayaron una vez más el deporte más popular de los paraguayos (después del fútbol), la futurología política.
La noticia de que Lugo tendría una asesora ecuatoriana, la misma que trabajó en la campaña del presidente Rafael Correa, se instaló en la polémica. Y no sin razón. Es que Lugo, quien para meter la pata ya ha demostrado tener mejores cualidades que para estar informado, admitió que la venida de la “asesora” era un “ofrecimiento” del propio Correa.
Pero la cosa no paró aquí. La propia asesora, de quien podríamos haber esperado algo más de tino político o al menos una pizca de astucia comunicativa, selló el acto de “sincericidio” señalando que su jefe, el Vicepresidente ecuatoriano, daría “la orden” para concretar dicho “ofrecimiento” cuyos costos asumiría el gobierno de aquél país (incrédulos y fanáticos, pueden recurrir a las transcripciones de la entrevista realizada por Rino Giret y Diego Martínez en el Programa “Primera Fila”, de Radio 970)
Buenos argumentos para el enemigo
En medio del uso de avionetas y otros bienes del Estado para fines proselitistas; en un escenario plagado de denuncias de presiones y extorsiones políticas en beneficio de ciertas candidaturas; en la espesura tenebrosa de las oscuridades que marcan el financiamiento de las campañas electorales… ¿por qué sería relevante este hecho? ¿Por qué importaría más que todo ello la cándida admisión de la preparación alevosa y premeditada de una violación constitucional y un delito electoral?
Evidentemente, tantas manchas el tigre tiene que una más no le hace daño a nadie. Pero si fuera albino –o quisiera serlo- la cuestión cambia.
Para reclamar y proclamar el cambio, no bastan las palabras ni los buenos propósitos. Se esperan actitudes y compromisos, acciones y evidencias. Lugo puede seguir pretendiendo “no estar informado” de ciertas noticias (como sucedió con la noticia de un secuestro, no precisamente de García Marquez). Puede no conocer o preferir hacerse del desentendido sobre las irregularidades en el uso de bienes públicos en actos proselitistas, o sobre la presencia de jefes policiales en actos partidarios. Pero no puede desconocer ni hacerse el desentendido respecto a la expectativa que ha generado y sobre la cual debe rendir cuentas, ya como candidato y ni qué decir como autoridad si fuera electo.
El candidato perfecto
El “candidato perfecto” (así se llama el libro de la asesora María Sol Cuellar) no será el que vive ocultando sus intenciones ni el que practica el ñembotavy como estrategia aliancista. Al menos aquí, el “candidato perfecto” que necesitamos es alguien creíble pero a la vez predecible. Para lo contrario, ya ha habido bastante… y sigue habiendo en el escaparate de la política criolla.
Sabemos que es difícil tener un “candidato perfecto”. María Sol Cuellar tal vez haya podido escribir un libro sobre ello. Pero aquí, apenas ha demostrado ser una “asesora perfecta” para su asesorado: el mensaje dejado es que a ambos no parece importarles ser esclavos de la Constitución. Claro, Sol no está obligada a ello. Pero Lugo sí, y mucha gente espera que ése sea el verdadero cambio que él proclame y protagonice: hacer que la ley triunfe sobre la ilegalidad. Empezando por no recibir aportes o asesores pagados por gobiernos extranjeros con delirios neo imperialistas.
José María Costa
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