domingo, 26 de agosto de 2007

El rating del insulto


El lenguaje de los políticos que aplauden los medios

La mala palabra de un político vale más que mil propuestas. Y tiene rating, que es lo importante…
Esta parece ser la consigna de un escenario político que se está cargando de exabruptos e insultos y vaciando de contenidos y programas. ¿Por qué los políticos recurren al lenguaje provocativo, grosero o insultante? La respuesta está en el resultado que obtienen con ello: grandes titulares de prensa y segundos preciosos de televisión.

Quien grita más, tiene más prensa

Hay un círculo vicioso de exabruptos y divulgación de exabruptos. El político que elige mejor el insulto y el insultado, tiene mejores posibilidades de tener titulares de prensa, segundos de televisión, minutos de radio. Y eso no es poca cosa en temporada electoral, donde no sólo los espacios mediáticos cuestan caro, sino ni siquiera pueden ser comprados legalmente aún para hacer campaña!!! (prohibición de hacer campañas electorales fuera de lo estipulado por la ley electoral).

NDF ha puesto su punto de mira en la Iglesia católica y su jerarquía. Eligió un enemigo que le permite lograr dos objetivos muy importantes:



1. Atraer a la prensa hacia su figura, su protagonismo, su liderazgo político (sin que entremos a valorar la forma ni el resultado). Esto le facilita polarizar el protagonismo electoral entre su figura y la del mejor posicionado candidato existente en la oposición (Lugo), por encima de su propia candidata (Blanca Ovelar) pero, lo más importante, por encima de los otros candidatos de la interna colorada (Castiglioni y Alderete). Con ello, pretende lograr el mensaje al interior de su partido como la figura que “puede” hacer frente a Lugo, aunque no sea candidato.



2. Provocar a la Iglesia y a su jerarquía a introducirse en la polémica política y electoral en la cual, por principio, evita meterse. Esto, evidentemente, con el objetivo de llevar a la iglesia al “barro” de la política partidaria a fin de afectarla en su prestigio (La Iglesia es, según la encuesta del CIRD, la institución más confiable del país, con un 81,3 % de alta confiabilidad. Encuesta CIRD 2006)

Consecuencias: Campaña vacía, insultómetro lleno

La consecuencia directa de esta estrategia –en la cual los medios cumplen un papel principal y probablemente indeseado, pero no por ello menos responsable- es el vaciamiento de contenidos y debates serios dentro de la campaña electoral. El escenario político se carga de agravios y se vacía de propuestas.
Pero aún más, la táctica dispersiva permite levar a segundo o tercer planos los temas profundos y reales que debería contener una agenda política en nuestro país.

¿Podemos salir de esto?

No nos engañemos ni seamos ilusos. Los agravios y exabruptos “venden”. El debate serio o las propuestas programáticas aburren y motivan al público a hacer “zapping”. Por eso, los medios difícilmente dejarán de seguir el juego marcado desde el Palacio de López.
¿Qué nos queda? Por el momento, esperar que, así como lo hizo la Conferencia Episcopal Paraguaya (y por ello incluso fue acusada de “tibia” y “excesivamente moderada” por la prensa), se responda a los agravios con altura… aunque ello no tenga rating. Si los medios de prensa comprenden el daño que están haciendo, quizás elijan bajar un poco el rating para subir algo más el nivel del debate.



José María Costa
pepecosta@activenet.com.py