viernes, 13 de junio de 2008

Dictadura de la prensa


¿Nuestro sistema de medios es pluralista y democrático?

¡Dictadura de la prensa! Esta fue la reacción de Fernando Lugo cuando los reporteros se le cruzaron al paso para arrancarle alguna declaración sobre los polémicos nombramientos seguidos de fuertes acusaciones de nepotismo y forzadas renuncias.
¿Dictadura de la prensa? A ver, rasguémonos las vestiduras, si queremos, pero quizás convenga evaluar más ampliamente lo que connota dicha acusación.

En estos días, participé en Uruguay de un seminario internacional organizado por UNESCO sobre “Libertad de prensa, acceso a la información y empoderamiento ciudadano”. Las quejas y autocríticas estuvieron a la orden del día. Nadie puede pensar que estamos ante un sistema de medios de comunicación que está exento de problemas o pecados. Hay un reconocimiento cada vez más unánime, desde los profesionales periodistas y desde fuera en la misma sociedad, de que en nuestras frágiles democracias, el sistema de medios se constituye en un poder específico, no legitimado en su origen y muchas veces deslegitimado por el sectarismo de sus intereses, que frecuentemente compite con los poderes institucionales de la República. El papel de “perro guardián” a muchos se les ha subido a la cabeza y bajo el rótulo de la “crítica” se fomentan y defienden –abierta o solapadamente- intereses económicos o políticos que, en la libre competencia democrática, quizás no tendrían mayores perspectivas o adhesiones.

La acusación del presidente electo Lugo se refería anecdóticamente al “corralito” armado por los periodistas acreditados en el Congreso para tratar de obtener unas declaraciones suyas. En este plano, quizás deba Lugo revisar un orden de prioridades y estimar que no son los periodistas sino los ciudadanos, los que lo votaron y los que no, quienes tienen el derecho de aclaraciones y explicaciones precisas en temas urticantes como el referido. Pero llevando la misma acusación a un plano más genérico, no podríamos desechar tan fácil ni rápidamente la connotación de esas palabras.

José Manuel Pérez Tornero, catedrático de la Universidad de Barcelona, en una brillante teleconferencia desarrollada en el citado evento en tierras uruguayas sostenía que el concepto de “libertad de prensa debe ser reformulado” buscando que sea respetuoso de la libertad de expresión de la ciudadanía y promotor de una verdadera “conciencia crítica” de la misma. Superar, proponía, el papel de “tutores de la opinión pública” para permitir la creación de un sentido crítico ciudadano. En referencia a esto, se quejaba de la “excesiva mercantilización de la información, debido a que para el sistema industrial de los medios el público apenas es un target, y los ciudadanos unos clientes”, además de puntualizar el efecto negativo de la saturación informativa que además endiosaba la polémica, por su capacidad de crear atención, y no el verdadero debate democrático que sirve para confrontar ideas y promover soluciones.

¿No estaremos, pues, ante la lógica de un sistema de medios que, de alguna manera, reproduce las motivaciones y mecanismos de la dictadura política? ¿No será que detrás de la “saturación informativa” o el “endiosamiento de la polémica” o la “información como mero show mediático” se esconde la necesidad de preservar un público carente de criterios al cual se pueda manipular, con el cual se pueda ejercer tutela mental y política, y al cual se pueda arrastrar oportunamente hacia la defensa de intereses económicos de los grupos de medios?

¿Hay diferencias entre la hegemonía del sistema de medios y la dictadura mediática? ¿La antítesis de la dictadura, esto es, el pluralismo, está garantizado en nuestro sistema de medios? ¿Es una garantía real o apenas formal? ¿Qué grado de transparencia hay en la propiedad de los medios? Tal vez estas preguntas sirvan más para analizar la acusación de Lugo y no quedarnos apenas en la mera anécdota de días pasados.

José María Costa

2 comentarios:

  1. Y también, que los medios han sido -y siguen siendo, en muchos casos y otros no- la mano larga de los poderosos, la voz de los intereses de otras partes. Así como no acabó el influjo-aunque sí la hegemonía, claro está- de quienes admiten cualquier color polítco a condición de que no toque ni un ápice de la renta, así sigue vigente la estructura de grupos económico- mediáticos prontos para atacar y cuestionar cualquier política o personaje que la ponga en riesgo.

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  2. YO creo que la hegemonia de los medios de prensa no se puede comparar con la dictadura. La prensa en si no tiene el 'poder' que tiene un presidente por ejemplo. Yo creo que la prensa tampoco representa la vos del pueblo, pero si da informacion al pueblo. Aveces la informacion esta distorcionada, pero es informacion que una persona puede utilizar para desarrollar su opinion. La prensa no es garantia de democracia, o de justicia, pero es necesaria. Es una institution de mucho valor para expresar en algunos casos algunas voces que no serian escuchadas. Obviamente no existe la tal prensa 'objetiva' e 'independiente' eso es una utopia. Yo creo que la acusacion de Lugo tiene que tomarse en el contexto. Yo creo que el no encontro una mejor palabra en ese momento para expresarse. Yo he creido en muchas oportunidades que la prensa promovia dictaduras. Por ejemple cuando ABC estaba tan a favor de Lino Oviedo. Yo creo que definitivamente Lugo se equivoco y el como politico tiene la obligacion de aclarar al resto del pueblo en paraguay y fuera de paraguay lo que quizo decir. Yo le doy mi voto de confianza ahora, pero a pesar de que creo que la prensa es imperfecta (lo mismo opino de la iglesia), creo que no podria vivir sin ella y creo que ahora cumple una funcion importantisima en una democracia como la nuestra. La informacion es la unica arma que tenemos para luchar contra la corrupcion.

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