martes, 5 de agosto de 2008

¡Vade retro, paranoia!

De conspiraciones, maquinaciones y alucinaciones.

De repente, conspiraciones por aquí, conjuras por allá, complots e intrigas varias. Más pronto que tarde, la paranoia parece estar llegando a las nuevas - todavía no estrenadas- autoridades. ¿Qué tanto de realidad o ficción hay en todo ello? ¿Imaginación o precaución? ¿Certeza o insinuación? ¿De qué están hablando los exponentes del entorno de Lugo cuando al unísono empiezan a anunciar supuestas tramoyas desestabilizadoras?

En medio de todos los anuncios y advertencias, no parece razonable la postura de algunos de que la suma de situaciones irregulares o críticas de la administración que se va puedan ser señaladas como un “boicot” en sí mismas… ¿o acaso no era eso mismo lo que se estaba cuestionando a los del gobierno anterior para sostener la necesidad del cambio? ¿Qué esperaban? ¿Qué por arte de magia o birlibirloque el cuestionado gobierno “de salida” se convirtiera en un dechado de bondades y eficiencias justamente en su último tramo? ¿Qué aquello que se cuestionó y criticó como “desastroso” y “caótico” se convierta en virtuoso y excelente para evitar que el nuevo gobierno entre con una agenda de dolores de cabeza y problemas?

Antes que empezar a buscar saboteadores, las nuevas autoridades debieran arremangarse y trabajar desde ya, con o contra la voluntad de quienes ya terminan su mandato, para prever las soluciones urgentes para los problemas añejos y crónicos. Éstos, o las erupciones críticas de los mismos en estos días, no deberían ser vistos ni señalados como productos del “boicot”, porque de esa manera lo que las nuevas autoridades están manifestando es que en realidad creen que son problemas artificialmente creados… Y si fuera así, deberemos concluir que este es el país de maravillas, y no sólo Herminio, sino también los del P-Mas, Tekojoja, y demás había sido creían en eso…

Confunde aún más esta posición cuando menos de un mes atrás eran algunas de las propias figuras del gobierno electo quienes anunciaban la persistencia de “ocupaciones” de tierras, por ejemplo, y hoy pretenden hacer creer que éstas, por venir de alguna dirigencia no “consustanciada” con sus respectivos grupos o sectores, son en realidad un complot contra las nuevas autoridades. Deberíamos pedir, entonces, el “calendario oficial” de ocupaciones, cortes de rutas y complots, para distinguirlo del “calendario saboteador” de idénticos recursos de lucha y militancia.

Ya no es tiempo de quejas o justificaciones en culpas ajenas. Salvo que las “conspiraciones” sean retórica justificante para futuras represiones o persecuciones programadas, no tienen sentido ni sustento razonable. Es hora de generar propuestas que incluso eviten o derroten sabotajes o confabulaciones. La mejor forma de hacerlo es con eficiencia, seriedad y democracia. Esto es lo que realmente votó el pueblo paraguayo el 20 de abril. No la charlatanería ni el populismo estéril.

Más trabajo y menos paranoia, más seriedad y menos habladurías, más certezas y menos mitos… El país necesita que acabe la campaña electoral y empiece el gobierno en serio.

José María Costa

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