miércoles, 28 de mayo de 2008

Divide y anarquizarás...


Oportunistas y conspiradores al acecho

No solo algunos colorados que “no quieren acostumbrarse a la llanura” sino otros sectores políticos y económicos a cuyos intereses convienen el caos y la anarquía están promoviendo, creo, las enemistades internas en la de por sí poco consolidada alianza que gobernará desde el 15 de agosto. Esto aparece más o menos visible según los hechos de esta “transición’i” que vivimos.

Uno de estos hechos me tocó vivir personalmente el sábado último en Santa Rosa del Aguaray, donde los integrantes de la Coordinadora de Intendentes Liberales (que agrupa a 70 jefes municipales del PLRA) plantearon, primero en asamblea propia, y después, ante los mismísimos Fernando Lugo y Federico Franco, la necesidad de encontrar soluciones integrales para el problema de la crisis campesina y, sobre todo, mecanismos armónicos de toma de decisiones y acciones dentro de la Alianza Patriótica para el Cambio.

Cumpliendo una tarea profesional vinculada con la original iniciativa de los intendentes liberales de realizar por segundo año consecutivo el denominado Día de la Transparencia Municipal, pude asistir a lo que fue luego una petit asamblea doctrinaria de una porción respetable de representantes de la voluntad popular del PLRA. Además de varios intendentes, otros dirigentes contribuyeron a enfocar doctrinaria y programáticamente el tema que hoy día preocupa en el escenario político.

Tito Saguier expuso pedagógicamente las líneas constitucionales de una doctrina liberal que consagra el respeto a la propiedad privada “no de manera absoluta sino atendiendo su función social y limitándola para que cumpla con ella”. Yoyito Franco reivindicó las bases históricas de la sensibilidad social del liberalismo paraguayo (muy opuestas al estigma lesseferista que pretenden imponerle sus adversarios). Y el propio Federico Franco reafirmó una posición de defensa de la propiedad privada pero atendiendo los legítimos reclamos campesinos en el marco del Estado de Derecho (algo que tuvo infeliz redacción, y peor interpretación, en el comunicado del Comité Político del PLRA). Lugo, finalmente, manifestó lo que todos esperaban: la voluntad para hallar vías armónicas de abordaje para este y otros temas altamente conflictivos, a fin de no resquebrajar la coalición gubernamental incluso antes de llegar al mando efectivo de la República.

Gratamente sorprendido por la altura del debate, por la racionalidad de los argumentos, por las manifestaciones de buena voluntad, el reconocimiento de errores y la intención de superar diferencias para privilegiar acuerdos, me quedó la pregunta: ¿y con todo esto, por qué aún hay riesgo de que se impongan el conflicto, la crisis y la anarquía? Al día siguiente, mis dudas eran despejadas por titulares y pseudo “análisis” de la prensa en los que se veían más fantasmas y rupturas de las que realmente pudieran haber, basados en visiones dogmáticas que no se compadecen con la realidad del liberalismo paraguayo ni de la coalición gubernamental.

Todo esto me hace suponer que no sólo los responsables de la corrupción de décadas, sino incluso algunos trasnochados dogmáticos –de izquierda y derecha, los extremos se juntan y conjuran- esperan ver la ruptura que les permitirá, a unos, lograr el caos que impida un gobierno eficaz; y a los otros, imponer sus “cuotas populares” en la coalición en desmedro de la legítima participación que le corresponde al PLRA.

Unos y otros, por destructivos conspiradores o angurrientos impopulares, no hacen sino poner en riesgo la esperanza de un pueblo que ya no soportará una frustración más.

Josë María Costa

viernes, 16 de mayo de 2008

Pescadores en invasiones revueltas


¿A quiénes beneficia esta inesperada “temporada” de ocupaciones?

¿Por qué aparecen como hongos invasiones de propiedades rurales en medio de una transición de gobierno que estaba teniendo un tono más pacífico y tranquilo del que pudiera haberse esperado? ¿Por qué aparecen después de casi cuatro años de no haberse tenido invasiones de parte de los mismos grupos que hoy lideran las ocupaciones? ¿Por qué amenazan con más atropellos a fincas privadas? ¿Por qué ahora, que supuestamente se abre la esperanza de un “nuevo tiempo” y hasta las propuestas de justicia social son más creíbles? ¿Por qué, quienes antes reclamaron y satanizaron a la injusticia de los gobiernos colorados, ahora arremeten con violencia e invasiones masivas cuando ese gobierno ya se está yendo?

Las preguntas pueden tener muchas respuestas, evasivas o certeras, pero nadie puede dejar de sospechar “algo raro” en estas acciones encaminadas por movimientos campesinos que habían estado “dormidos” en materia de luchas radicales (como las ocupaciones) desde hace tiempo, y ahora, de golpe y porrazo, retoman actitudes extremas.

Las preguntas pueden continuar: ¿A quién o a quiénes beneficia que el tablero de la transición gubernamental sea pateado? ¿Qué “debilidad” del nuevo gobierno se está queriendo explotar y en beneficio de qué grupos políticos? ¿Hay beneficios “colaterales” que se conseguirían detrás de los reclamos “genuinos” de movimientos campesinos sumados a estas acciones extremas? ¿Sería uno de ellos dejar al Presidente electo sin soportes para dejarlo a merced de los cuervos políticos que esperan no perder sus privilegios y seguir carroñando al Estado a través de un “reacomodo” político? ¿O sería provocar tal grado de inestabilidad a fin de evitar la asunción, “acortar” el mandato o impedir la gobernabilidad?

Mirar con profundidad estos hechos es necesario para la Alianza Patriótica. Sin atarse exageradamente a prejuicios ni dogmas ideológicos, pues éstos pueden ser los señuelos usados por quienes podrían esperar beneficios “extras” de las invasiones.

Desde el púlpito a la lapicera

Por otro lado, ejercer la política y más aún, actuar en función de gobierno, requiere algo más que buenas intenciones. De éstas puede estar empedrado el camino al desgobierno o al fracaso. En las circunstancias planteadas con el “resurgir” de las invasiones de los “sin tierra”, ya no basta con hacer discursos políticos, culpar al otro o reflotar consignas ideológicas. Quienes han recibido la confianza ciudadana para gobernar deben plantear acciones, aún cuando no hayan asumido sus funciones. Para ello deben servir los “gabinetes de transición”, no solamente para prever tareas protocolares. Al gobierno saliente hay que reclamar tareas concretas, coordinadas con la nueva visión que implicará compromisos a corto o mediano plazo, o de lo contrario debe pedírsele que se vaya antes del tiempo para facilitar el abordaje real de los problemas.

Las consignas ideológicas o el deporte de “culpar a otros” (muy frecuentes en exponentes de la Alianza Patriótica) deben ser reemplazados por el compromiso y el ejercicio de la función de gobierno. Hay que darse cuenta de ello. Desde ahora ya no basta con seguir repitiendo que todos los males son responsabilidad de gobiernos anteriores.

El púlpito de la campaña electoral debe dar paso a la lapicera del gobierno cuanto antes.

José María Costa

viernes, 9 de mayo de 2008

Borda 2.2 Recargado




Nueva versión para viejos problemas no resueltos por la anterior.

Fue presentado el nuevo Borda 2.2. Recargado, programa operativo que replica varias de las aplicaciones y utilitarios de Borda 1.0 que ya había sido experimentado por 5 millones de paraguayos a partir de su lanzamiento en 2003, de la mano de la anterior licenciataria, la Duarte Frutos & Co. Recordarán los usuarios que aquella versión fue al principio muy valorada, pero con el uso se demostró que las aplicaciones de recaudación eran mucho más exitosas que las de gastos sociales. Que el éxito sirvió apenas para engordar las arcas estatales además de incrementar el gasto en prebendas y cargos inútiles en la función pública. Y que la burocracia y la formalización solo terminaron ahogando a los ya formalizados y no combatió a los contrabandistas y piratas.

La versión original tuvo dos logros irrefutables –el equilibrio macroeconómico y superar la situación de default- pero también impuso una presión tributaria incrementada y agresiva hacia usuarios microempresarios, prestadores de servicios de albañilería y plomeros, entre otros, y dejó libre de presiones tributarias a usuarios de grandes corporaciones agroexportadoras, sobre todo gracias al apoyo del programa Fadul & his Oligarquists Supporters.

La versión actual, con licencia de Lugo’s Friends & Partners Inc., se presenta con una visualización similar a la anterior (trae sus utilitarios Masi y Abente ya experimentados en la versión 1.0) pero trae novedades importantes y plausibles: admite que ciertos impuestos “ya no responden a esta coyuntura” y que hay que “racionalizar y mejorar el gasto público”. No dice nada, sin embargo, respecto a reponer derechos jubilatorios de docentes que fueron recortados inconstitucionalmente por no animarse a tocar privilegios de militares y fondos de pensión discrecionales manejados prebendariamente por los políticos desde el Parlamento.

En materia de novedades, en el caso de Borda 2.2. Recargado, aunque anuncia aplicaciones para mejorar el gasto social, pocos han podido aún identificarlas claramente. Ni en el programa previo de la Compañía que ahora compró su licencia se encontraron planes específicos al respecto. Sí, se ha informado de aplicaciones en materia de “generación de empleo a base de obras de infraestructura con participación de fondos privados”, que, paradójicamente no figuraba en los programas de gobierno de la Lugo’s Friends & Partners Inc. pero sí en los de su competidora Nicanor’s Woman Candidate for the Republican Disaster. Se espera, por ello, que en cualquier momento pueda haber alguna causa judicial por apropiación indebida de derechos intelectuales proselitistas.

En base a la experiencia de la primera versión, atacada frecuentemente por troyanos menonitas y gusanos colorados en sus versiones más peligrosas, la versión 2008 trae escudos de protección antivirus liberal. Sin embargo, una de las fallas detectadas en la primera versión no pudo ser minimizada: la vulnerabilidad del programa frente a los spamers del FMI, cuyos troyanos se instalan en el servidor y causan estragos en los bolsillos de la gente.

Estos spam vienen con archivos ocultos tipo “medidas de reactivación macroeconómica” que afectan sobre todo a usuarios de la clase baja y media, Algunos creen que el antivirus Soares P-MAS 1.0 sea capaz de frenar esta amenaza, pero todavía persisten las dudas, por su baja expansión en el mercado, por lo cual algunos lo siguen considerando apenas un antivirus testimonial.

La nueva licenciataria, aunque criticó todo aquello, terminó adquiriendo la licencia de la versión original probada y consustancial al anterior propietario, y ha puesto su confianza en esta nueva recargada. Algo que para muchos resulta incoherente. Pero bueno, así es el mundo de la informática política: todo es tan incierto e incoherente y los virus pululan de manera sistemática. En eso, hasta ahora, no parece haber cambiado mucho de una versión a otra. Ojalá que sí cambie.

José María Costa

miércoles, 7 de mayo de 2008

Lugomóvil


Luces amarillas que deben ser atendidas

La mujer del César no sólo debe ser, sino también parecer. Si queremos el cambio, hay que ser coherentes con él y con sus requerimientos, formales y de fondo. La gente tiene esperanzas y para alimentarlas y mantenerlas precisa hechos, pero antes de eso, necesita signos de que su expectativa no será defraudada.

La información de que un conocido empresario del ramo automovilístico puso a disposición del presidente electo Fernando Lugo una flota de vehículos para su uso diario podría parecer “natural” en el Paraguay “de siempre”, pero no puede ser tomada a la ligera en el Paraguay “del cambio” que se pretende proyectar. Nadie discute que el elegido para gobernar el país precise seguridad y comodidad para sus desplazamientos. Esto es básico en un país que, no olvidemos, tiene el triste registro de un magnicidio. Sin embargo, quienes apuestan al cambio deben actuar con coherencia y desechar cualquier tipo de canonjías o prebendas que desde los poderes económicos se ofrezcan de manera “inocente” y quizás ocultan perversas intenciones.

No olvidemos que de similar manera, el mal recordado Presidente González Macchi recibía regalos o préstamos en forma de automóviles lujosos, incluso del mismo empresario hoy involucrado en el caso que nos ocupa. No olvidemos que un portentoso vehículo “cedido” al entonces mandatario luego fue, para vergüenza oficial, reportado robado en Brasil. Y tampoco olvidemos que en los primeros meses del mandato de quien se apresta a dejar Mburuvicha Roga, había vehículos blindados y aviones puestos a disposición suya “como muestra de aprecio” privado...

Ni facturas ni favores…

Si Lugo precisa movilidad, comodidad y seguridad, deben ser brindadas por el Estado al que todos contribuimos con nuestros impuestos. Su seguridad nos interesa a todos. Y nos interesa que también tenga las manos libres desde el principio, sin “facturas” evidentes ni escondidas que pagar. Sin favores expresos o supuestos que devolver. Y esto no tiene que ver con, como algunos podrían decir, “No, él no se va a prestar a eso”. No se debe jugar ni un minuto con la esperanza y la expectativa de la gente. Ni se puede minimizar el valor de los simbolismos cuando se pretende desterrar prácticas anacrónicas y perversas en el manejo de la cosa pública, o en la conducta de los hombres públicos.

No se trata de un empresario o de otro; ni siquiera de un vehículo o un avión. Se trata de los signos que deben dar quienes enarbolan, por voluntad del pueblo paraguayo, las banderas del cambio en la administración del Estado.

Algunos podrán afirmar, quizás, que hay que darle “el beneficio de la duda” a quienes vienen con los vientos de cambio a favor. O que hay que cumplir el mandato de los “cien días de tregua” para el nuevo gobernante. Podemos estar de acuerdo con ello, pero ni lo uno ni lo otro debe obstar a señalar los signos o las actitudes que aparecen como inquietantes, aún cuando se den en el período de “tregua”. Después de todo, de tanto no mirar las luces amarillas, este pueblo ya ha tenido en su historia política terribles accidentes y trágicos resultados.

Es hora de que eso también cambie. Con sandalias o sin ellas…

José María Costa

Un renunciamiento que hizo historia


Protagonismo del PLRA en el futuro gobierno

Muchos presagiaron su muerte y entierro definitivos. Otros agoreros apuntaron que quedarían terceros o cuartos en cantidad de bancas legislativas y hasta perderían todas las gobernaciones que habían conquistado antes. Algunos se quejaron amarga y mediáticamente que la dirigencia entregó el partido y sus banderas centenarias. No faltaron quienes señalaron que era la peor vergüenza haber abdicado del legítimo derecho de presentar candidato propio a la Presidencia de la República. Y tampoco quien vaticinara que después de esto se acabaría el bipartidismo en el Paraguay.

Nada de esto ocurrió. Y hasta lo más lógico en este momento es que nada de esto ocurrirá próximamente.

Lo concreto es que el Partido Liberal Radical Auténtico hoy está vivo y en función de gobierno. O al menos, de cogobierno. Y lo está con todos los “derechos” de un partido centenario que renunció a presentar una postulación presidencial porque pudo leer con claridad y sin apasionamientos estériles el mensaje que trasuntaba desde los estratos más diversos de la sociedad, los estratos políticos o apolíticos que se habían cansado de las dirigencias tradicionales, de las dirigencias que pervirtieron la política, de las dirigencias que hicieron del “bien común” una fórmula vacía de contenido para lucrar en su nombre las prebendas y privilegios mal paridos en la función pública o en las jugosas contrataciones con el Estado.

¡Qué paradoja! El partido que estaba muerto en vida hoy resucita en forma de gobierno. El partido que soportó todas las diatribas por su “pro-oficialismo” hoy es directamente oficialista. El partido del que se dijo que estaba “liquidado” por haber posibilitado el triunfo de una candidata colorada en la intendencia asuncena, un año y medio después, es el principal soporte que provocó la victoria de Lugo y la derrota de una candidata colorada en las elecciones nacionales (con todo lo que ella traía aparejado). El partido vilipendiado por propios y extraños, estigmatizado desde la izquierda y la derecha, descalificado por protagonistas y analistas, da pie hoy a las loas y emociones desde unos y otros sectores.

Con tantas bancas parlamentarias como nunca en los 20 años de transición consiguió, con tantas gobernaciones y bancas departamentales como nunca antes obtuvo, el PLRA hoy es legítimo portador de la bandera del triunfo aliancista. No es el único, pero nadie puede quitarle el derecho de ser el principal sector de soporte para una conquista que marca desde ya un antes y un después de abril del 2008 en la historia política del Paraguay.

No habrá sido fácil llegar a una decisión como la de la convención liberal. Baste con recordar que los dos principales sectores internos se acusaban mutuamente de “entregar” el partido. Y no olvidemos los epítetos que generó luego la ruptura de la inicialmente amplia “concertación democrática” que incluía a oviedistas y fadulistas.

Todo eso pasó y finalmente queda un resultado. ¿Hubiera podido llegar Lugo solo sin el apoyo del PLRA? Creo que nadie en su sano y equilibrado juicio podría pensar eso. Sin embargo, ni el renunciamiento histórico del PLRA ni sus créditos legítimos en la victoria aliancista pueden ser enarbolados simplemente cual “paquete accionario” en la conformación del futuro gobierno. Pero sí debe asegurarse que esa representatividad del liberalismo se exprese en una participación protagónica y concreta en la administración del país.

Por el bien del Paraguay, hasta en eso hay que actuar con espíritu de un cambio real.

José María Costa