
Deja vu molestoso en la escena política
-8:00 Reunión con el presidente de la bicameral. No aflojar en el rubro contratados.
-9:00 Reunión con sindicalistas. No olvidar que la concubina del dirigente Pérez quiere un rubro para su hija. Facilitar colectivos para la manifestación.
-11:00 Visita al diputado Fulánez (nuestro compueblano). Nos puede conseguir más rubros para viáticos y extras.
12:00 Almuerzo de trabajo con la Organización Equis. Tema: Gasto social en el Presupuesto. Pedir al secretario el power point que presentamos el año pasado.
La confección del Presupuesto General de Gastos debería ser un reflejo de las prioridades y proyectos de un país. Desde hace décadas, apenas es el cuadrilátero donde pesos pesados y pesos livianos disputan, con evidentes diferencias de categoría, sus respectivos objetivos de privilegios y cotos de poder.
Todos y cada uno de los ministros, viceministros, directores, secretarios, jefes de departamentos y funcionarios rasos saben que lo que se proyecta no es lo prioritario. Saben que lo que se prioriza en los discursos no se prioriza en los papeles. Y menos en las asignaciones presupuestarias. Todos saben que para obtener alguna asignación, el cabildeo debe empezar en junio en el propio Ministerio o Institución, continuar entre julio y agosto en Hacienda, seguir entre setiembre y octubre en la voluminosa y superpoblada Comisión Bicameral de Presupuesto, y acabar allá por noviembre y diciembre en las plenarias de las Cámaras de Senadores y Diputados.
A la par, mientras se va tratando de “meter” los propios números en el presupuesto en estudio, ya se tienen que ir afinando lápices y calculadoras con las benditas “ampliaciones presupuestarias” cuya cartelera de estrenos se anuncia apenas iniciado enero.
Más que la elaboración técnica de un instrumento de organización de la recaudación y el gasto, es en verdad una guerra sin cuarteles de presiones, extorsiones, prebendas, cupos, favores y trueques. Un verdadero Festival del Lobby Feroz donde ganan los que tienen mejor posicionados a sus “parlamentarios amigos”, los que saben negociar mejor los nombramientos y cupos, los que no dudan en aumentar los ceros del presupuesto para calmar el hambre de los bolsillos de quienes van a definir con sus votos el tal “presupuesto”.
En realidad, en Paraguay, el Presupuesto sigue siendo un reflejo del país. Del país en joda que alguna vez tenemos que superar. Quizás podamos empezar haciendo un presupuesto en serio.
……..
Estimado lector:
Lo que ha leído es una columna escrita por este periodista y para este periódico… hace CUATRO AÑOS!. Fue publicada con el mismo título el 15 de septiembre del 2004 en la edición impresa del Diario Ultima hora.
No soy futurista, clarividente ni aprendiz de tarotista… pero tengo una especie de “deja vu” con esto… Me da la impresión de que algo se está repitiendo.
Cuatro años después, con más de 3 billones de guaraníes pedidos en el “lobby” “post-Hacienda” de ministros y viceministros, por encima del proyecto enviado por el Ejecutivo al Congreso; con la paradoja de que hasta la propia Presidencia de la República pide “más” de lo que propuso oficialmente en el mensaje inicial; con la explosión demográfica en la Comisión Bicameral de Presupuesto (la única donde los legisladores se pelean por “trabajar”); con inexplicables desequilibrios presupuestarios a favor de unos ministerios “mimados”; con cifras abultadas de creaciones de cargos y sumas irrelevantes para promover verdadera inversión social; con el monstruo burocrático cada vez más hipercolesterolémico… ¿qué sensación podemos tener sino la de que el cambio aún debe pasar del dicho al hecho?
Para peor, lamentablemente, muchos siguen haciendo que todavía falte mucho trecho…
José María Costa
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